Avec la Milei-conomie, une Argentine à deux vitesses

Avec la Milei-conomie, une Argentine à deux vitesses

En el panorama económico argentino de 2025, observamos una realidad cada vez más dividida bajo la administración de Javier Milei. Nos encontramos ante un país donde la economía muestra señales contradictorias: sectores que florecen mientras otros se hunden en dificultades. Esta dualidad económica, que algunos analistas denominan “Milei-conomía”, está configurando dos Argentinas claramente diferenciadas que avanzan a velocidades distintas. Por un lado, vemos un segmento de la población que disfruta de nuevas oportunidades financieras, mientras por otro, una parte significativa lucha por cubrir sus necesidades básicas.

El auge económico para los privilegiados

El primer semestre de 2025 ha sido testigo de un repunte impresionante en varios sectores económicos para quienes tienen capacidad adquisitiva. Las ventas de automóviles nuevos han experimentado un crecimiento espectacular, con un incremento del 78% respecto al mismo período del año anterior. Según Sebastián Beato, presidente de la Asociación de Concesionarios Automotrices de Argentina, estamos ante el “mejor primer semestre de los últimos siete años”.

Este fenómeno se explica por varios factores implementados bajo el gobierno de Milei: la reducción de las tasas de interés, mayores facilidades crediticias, promociones atractivas y una importación más fluida de ciertos modelos. Sin embargo, es importante señalar que estos beneficios solo están al alcance de quienes pueden permitirse invertir aproximadamente 20 millones de pesos (unos 15.600 dólares) en un vehículo de gama baja.

El sector inmobiliario también muestra signos de recuperación. Diego Sardano, agente inmobiliario de tercera generación en Lanús, sostiene que “el cambio de gobierno ha sido muy positivo para el sector”. Las ventas de propiedades en Buenos Aires aumentaron un 22% en mayo comparado con el mismo mes de 2024. Los créditos hipotecarios, prácticamente inexistentes durante seis años debido a la inflación descontrolada, están regresando con fuerza.

Asimismo, el peso estabilizado —aunque sobrevalorado según diversos economistas— ha permitido que muchos argentinos viajen al exterior. Entre enero y abril, unos 6 millones de viajeros salieron del país, un aumento del 70% respecto al mismo período de 2024. “Los aviones hacia Brasil despegan llenos”, afirma Sandra Peliquero, agente de turismo con 30 años de experiencia.

La otra cara de la moneda: una Argentina que sufre

Mientras algunos sectores celebran, la realidad para la mitad de los argentinos es completamente diferente. Según un reciente estudio del respetado gabinete de consultoría Moiguer, nos encontramos ante “la Argentina pesificada frente a la Argentina dolarizada”. Esta investigación revela que la recuperación económica tras meses de recesión (-1,8% en 2024) “no beneficia a todos por igual y agrava las desigualdades existentes”.

Los datos son contundentes: el 50% de la población afirma no llegar a fin de mes, mientras que el 30% pospone o cancela gastos para poder pagar servicios básicos. La situación es particularmente grave para el 50% de los argentinos pertenecientes a la clase desfavorecida (con ingresos mensuales de 750 dólares o menos).

Rodolfo Aguilar, dirigente del sindicato ATE, es tajante: “No, la sociedad no está de fiesta”. La función pública ha perdido cerca de 50.000 empleos en un año y medio de aplicación de la “motosierra”, instrumento emblemático de la austeridad presupuestaria promovida por Milei. “Las matriculaciones de coches de gama alta aumentan, mientras que el consumo alimentario disminuye. Están destruyendo a la clase media”, resume.

La pobreza, que se disparó en los primeros meses del gobierno de Milei (aumentando 11 puntos hasta el 52,9%) antes de regresar a finales de 2024 a niveles pre-Milei (38,1%), cuenta una historia. Sin embargo, las privaciones y los cambios en los patrones de consumo narran otra realidad, menos visible pero igualmente preocupante.

Cambios en los hábitos de consumo y perspectivas futuras

Marcelo Chaile, propietario de una PYME de construcción en Mendoza, describe una situación compleja donde muchas familias renuncian a pequeñas obras y reparaciones, atrapadas entre el costo de los materiales y su reducido poder adquisitivo. “De cada diez presupuestos que hago, solo se aceptan dos, porque la gente, por falta de recursos, destina su dinero a otras necesidades más urgentes”.

Fernando Savore, presidente de la Federación de Almaceneros de la provincia de Buenos Aires, observa cambios significativos en las compras básicas: “Hay productos que ya no se venden, como golosinas o postres. La gente solo compra lo necesario”. Tener un empleo ya no garantiza llegar a fin de mes, pues “la revalorización de los salarios es mínima frente a los aumentos de impuestos, gas, electricidad, transporte y educación… gran parte del dinero se destina a estas obligaciones”.

A pesar de estas dificultades, Chaile señala que en Mendoza, provincia que votó a Milei con un 70% en las presidenciales de 2023, “la gente sigue creyendo que este gobierno logrará cambiar las cosas”. La pregunta es: ¿hasta cuándo se mantendrá esta confianza? Javier Milei espera que al menos hasta las elecciones legislativas de octubre, donde por ahora las encuestas no le son desfavorables.

Nos encontramos, por tanto, ante una Argentina dividida por la Milei-conomía: quienes pueden invertir, ahorrar en dólares o viajar lo tienen más fácil que antes, mientras una parte considerable de la sociedad lucha diariamente por subsistir. Este contraste evidencia el desafío pendiente de crear una economía que genere prosperidad para todos los sectores sociales, no solo para unos pocos privilegiados.

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