Buenos aires, ciudad del vino : Malcolm Jolley explora sus tesoros en tres días

Buenos aires, ciudad del vino : Malcolm Jolley explora sus tesoros en tres días

Buenos Aires, la capital argentina, se erige como un destino incomparable para los amantes del vino. Malcolm Jolley, un reconocido periodista gastronómico, nos sumerge en un viaje de tres días por esta metrópolis, descubriendo sus tesoros enológicos y culinarios. Desde parrillas tradicionales hasta restaurantes con estrellas Michelin, la ciudad ofrece una experiencia única que fusiona la rica tradición vitivinícola del país con su vibrante escena gastronómica.

La ciudad del vino : una escapada primaveral

En noviembre, cuando el otoño se instala en el hemisferio norte, Buenos Aires se viste de primavera. Con temperaturas que oscilan entre los 25 y 30 grados durante el día, la capital argentina ofrece un clima perfecto para disfrutar de sus encantos. La brisa del Río de la Plata refresca el ambiente, creando condiciones ideales para explorar la ciudad y su oferta vinícola.

El sol brilla con intensidad, regalando días largos y luminosos que contrastan con el gris noviembre canadiense. Esta luz clara y nítida no solo alegra el espíritu de los visitantes, sino que también nutre los viñedos de Mendoza, a mil kilómetros de distancia, donde la cosecha 2025 comienza a gestarse.

La industria vitivinícola moderna de Argentina tiene sus raíces en 1885, cuando se estableció el ferrocarril que conectaba Mendoza con Buenos Aires. Esta conexión fue crucial para el desarrollo del mercado del vino en la capital, convirtiéndola en el epicentro del consumo nacional. Hoy, por cada botella de vino argentino exportada, tres se consumen en el mercado interno, siendo Buenos Aires el principal destino.

Gastronomía porteña : el maridaje perfecto

Los porteños, como se conoce a los habitantes de Buenos Aires, no son solo amantes del vino, sino verdaderos gourmets. La ciudad rebosa de restaurantes de todos los niveles, desde tradicionales parrillas hasta establecimientos galardonados con estrellas Michelin. Esta diversidad gastronómica ofrece el escenario perfecto para explorar la variedad de vinos argentinos.

Una de las experiencias culinarias más emblemáticas es la parrilla, donde la carne se cocina sobre brasas de leña. Don Julio, ubicado en el barrio residencial de Palermo, es un ejemplo destacado de esta tradición. Su lema, “carne y vino”, resume la esencia de la gastronomía porteña. Aquí, Jolley disfrutó de un corte de vaca madurada acompañado por un Malbec Signature 2022 de Susana Balbo, una combinación que ejemplifica la armonía entre la cocina local y los vinos nacionales.

La escena gastronómica de Buenos Aires no se limita a la carne. En Crizia, un restaurante con estrella Michelin especializado en mariscos patagónicos, Jolley experimentó maridajes sorprendentes. Un Pinot Noir 2023 de Barda, proveniente del Valle del Río Negro, acompañó ostras, mientras que un Garnacha 2022 de Ver Sacrum del Valle de Uco se sirvió con espárragos y huevo pochado. La experiencia culminó con un delicado pescado blanco maridado con un Malbec 2019 Calcáreo “Super Uco” de Michilini Sammartino, demostrando la versatilidad de los vinos argentinos.

Diversidad vinícola : más allá del Malbec

Aunque el Malbec es indiscutiblemente la variedad estrella de Argentina, Buenos Aires ofrece una ventana a la diversidad vinícola del país. Jolley exploró vinos blancos como el aromático Torrontés y la autóctona Criolla, así como Chardonnays de clase mundial. En tintos, además del omnipresente Malbec, probó excelentes ejemplares de Merlot, Cariñena y Cabernet Sauvignon.

Esta diversidad refleja la evolución de la industria vitivinícola argentina desde los años 80. Con el retorno a la democracia y la apertura económica, el sector experimentó una modernización significativa, convirtiéndose en un importante exportador mundial. Sin embargo, como señala Jolley, la experiencia en Buenos Aires revela un espectro mucho más amplio y emocionante que el que suele encontrarse en los vinos de exportación masiva.

A continuación, se presenta una tabla que resume algunas de las variedades de uva más destacadas que Jolley probó durante su estadía :

Variedad Región Características
Malbec Mendoza Frutas negras, violetas, taninos suaves
Torrontés Salta Aromático, floral, cítrico
Pinot Noir Río Negro Frutas rojas, elegante, fresco
Garnacha Valle de Uco Frutal, especiado, versátil

El encanto europeo de Buenos Aires

La experiencia vinícola en Buenos Aires se enriquece con el carácter único de la ciudad, que fusiona influencias europeas con el espíritu sudamericano. Conocida como la “París del Sur” por sus amplios bulevares y arquitectura grandiosa, Buenos Aires evoca también el ambiente de ciudades mediterráneas como Roma, Barcelona o Nápoles.

Esta esencia europea se refleja no solo en la arquitectura sino también en la cultura del vino y la gastronomía. Los porteños, descendientes en gran parte de inmigrantes italianos y españoles, han mantenido viva la tradición de disfrutar el vino como parte integral de la vida cotidiana y las celebraciones.

La escena nocturna de Buenos Aires es otro aspecto que fascina a los visitantes. Las cenas tardías son la norma, con restaurantes que continúan recibiendo comensales hasta bien entrada la noche. Esta costumbre permite disfrutar plenamente de la oferta gastronómica y vinícola de la ciudad, creando un ambiente vibrante y acogedor.

La experiencia de Jolley en Buenos Aires destaca varios aspectos únicos de la cultura del vino en la ciudad :

  • La amplia variedad de vinos disponibles en restaurantes de todos los niveles.
  • La experticia de los sommeliers locales en maridajes innovadores.
  • La accesibilidad de vinos de alta calidad a precios razonables.
  • La integración del vino en la vida cotidiana y la gastronomía porteña.

En conclusión, el viaje de Malcolm Jolley por Buenos Aires revela una ciudad que merece un lugar destacado entre las grandes capitales del vino del mundo. Su rica historia vitivinícola, combinada con una escena gastronómica vibrante y una cultura que celebra el buen vivir, convierte a Buenos Aires en un destino imprescindible para los amantes del vino. Ya sea disfrutando de un Malbec en una tradicional parrilla o explorando maridajes innovadores en restaurantes de alta cocina, la capital argentina ofrece una experiencia enológica única y memorable.

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