La méthode Milei passée au crible

La méthode Milei passée au crible

En los últimos meses, la economía argentina ha sido objeto de intensos debates entre expertos y ciudadanos. Javier Milei, quien asumió la presidencia en diciembre de 2023, implementó una serie de medidas radicales para abordar la crisis económica. Estas acciones han generado tanto alabanzas como críticas, dividiendo a la opinión pública. Nos proponemos analizar en profundidad la efectividad de su estrategia económica y sus consecuencias sociales tras más de un año de gobierno.

La estrategia de choque económico de Milei

Cuando Javier Milei llegó al poder, Argentina enfrentaba una situación económica crítica caracterizada por una hiperinflación galopante y finanzas públicas exhaustas. El país sudamericano había perdido credibilidad ante los mercados financieros internacionales debido a sus recurrentes incumplimientos de pago. Ante este panorama, el presidente implementó lo que él mismo denominó una “terapia de choque” para revitalizar la economía.

La primera medida significativa fue una drástica reducción del gasto público. Como señala la Argentina de Javier Milei: transformación económica y desafíos políticos tras un año de gobierno, el presidente redujo el número de ministerios de 18 a 8 y procedió al despido de aproximadamente 35.000 funcionarios públicos. Además, eliminó o disminuyó numerosas subvenciones destinadas a hogares con ingresos bajos.

El resultado inmediato fue una contracción del 38% en los gastos estatales entre 2023 y 2024. Esta política de austeridad permitió a Argentina lograr un superávit presupuestario del 0,3% a finales de 2024, algo que no ocurría desde hacía casi quince años. Este logro fue celebrado por el Fondo Monetario Internacional y los mercados financieros, tradicionalmente severos con las políticas económicas argentinas.

Otra decisión controvertida fue la devaluación del peso argentino en más del 50% frente al dólar estadounidense. Esta medida, aparentemente contradictoria en un contexto inflacionario, respondía a la visión de Milei de que la inflación resultaba tanto de un exceso monetario como de una demanda demasiado elevada. El Banco Central de la República Argentina (BCRA) ha conseguido posteriormente controlar la depreciación de la moneda nacional a un ritmo mensual del 2%, anunciando incluso una meta del 1%.

Resultados macroeconómicos frente a realidades sociales

Los indicadores macroeconómicos muestran ciertos avances. La inflación mensual disminuyó significativamente, pasando de un pico del 25,5% en diciembre de 2023 a un 2,7% en diciembre de 2024. En términos anuales, la inflación se redujo del 211,4% a finales de 2023 al 117,8% a finales de 2024. Las previsiones sugieren que esta tendencia a la baja continuará durante 2025.

Sin embargo, esta mejora de los indicadores macroeconómicos contrasta con una preocupante realidad social. La política de austeridad ha provocado un aumento alarmante de la pobreza. Durante los primeros seis meses de 2024, aproximadamente el 52,9% de la población argentina (unos 23 millones de personas) cayó por debajo del umbral de pobreza, frente al 42% anterior.

Este incremento de la pobreza, a pesar de la desaceleración de la inflación, puede explicarse por varios factores. El índice de precios se calcula basándose en una cesta estándar que no refleja el nivel de vida de todos los ciudadanos. Las tarifas energéticas han aumentado considerablemente debido a la desregulación del sector y al fin de las subvenciones estatales, afectando desproporcionadamente a los hogares más vulnerables.

Los jubilados han visto devaluadas sus pensiones, mientras que los precios de medicamentos y transportes se han disparado. Los salarios reales también han sufrido: en noviembre de 2024 seguían siendo un 4,9% inferiores a los de noviembre de 2023, a pesar de que los aumentos nominales comenzaron a superar la inflación desde abril de 2024.

Perspectivas económicas y desafíos futuros

A pesar de la crisis social latente, Javier Milei mantiene un apoyo considerable, con índices de aprobación que oscilan entre el 45% y el 56% según las encuestas. Este respaldo se debe principalmente a su éxito en la estabilización de la inflación, un problema endémico en Argentina durante décadas. La población parece haber comprendido la necesidad de realizar sacrificios para mejorar la economía a largo plazo.

Existen algunos indicios alentadores. Estudios recientes sugieren que la tasa de pobreza disminuyó durante el segundo semestre de 2024, pudiendo haber regresado al 36,8% a finales de año. Si estos datos son confirmados oficialmente, la pobreza habría descendido por debajo del nivel existente cuando Milei asumió el poder.

Las previsiones para 2025 son moderadamente optimistas. El FMI proyecta un crecimiento del 5%, mientras que el Banco Central de Argentina prevé un aumento del PIB del 3,6%. Esta recuperación económica podría impulsar los salarios reales y el mercado laboral, amortiguando finalmente el impacto inicial sufrido por los argentinos.

Sin embargo, los desafíos persisten. Con un Estado ahora menos intervencionista, el crecimiento sostenido dependerá de que se establezcan las condiciones adecuadas para la inversión privada. Las elecciones legislativas de octubre de 2025 serán cruciales, ya que Milei ha gobernado hasta ahora mediante decretos y con el apoyo de la derecha y el centro-derecha, sin contar con mayoría parlamentaria.

Los inversores internacionales continúan cautelosos, exigiendo la eliminación de las restricciones cambiarias para poder repatriar sus beneficios. Además, las escasas reservas de dólares del Banco Central representan otro obstáculo, ya que una recuperación económica podría provocar una depreciación descontrolada del peso y reavivar la inflación.

El tiempo determinará si Javier Milei será recordado como el artífice de la renovación económica argentina o como quien sacrificó a su pueblo en aras del ultraliberalismo. Para responder a esta pregunta, necesitamos observar cómo evolucionarán los indicadores tanto económicos como sociales en los próximos años.

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